“Quizá no haya mejor momento, que al acercarse las festividades del fin del año, para rescatar el recuerdo de nuestros hijos con amor.
Mirando hacia atrás, no podemos creer que hoy, después de más de 22 años, seamos tantos los que hemos elegido la vida y nos hayamos reconciliado con la muerte, algunos quizás todavía no, pero va a llegar el momento que sí y muchos van a ir entendiendo cuando dijimos, en un momento, que el dolor se convierte en una dulce nostalgia; nostalgia en el sentido de extrañarlos sí, pero con inmensa dulzura.
¡Qué hermoso poder recordar a nuestros hijos con amor y no con dolor!
Renacer es una tarea y un aprendizaje de por vida, no nos quedemos cortos, ¡qué hermoso es que todos queramos seguir aprendiendo!
Llega un momento cuando uno ha encontrado el camino de regreso a la vida, que para nosotros en “Renacer”, es el servicio, la solidaridad, el altruismo y nos demos cuenta que la vida tiene sentido, que la vida tiene un sentido incondicional y el dolor comienza a suavizarse.
Con cada papá al que le extendemos la mano, se la tomamos, le vemos el rostro y entre las lágrimas logra sonreír, podemos decir: mi hijo está cada vez más vivo en mí; ¡qué lindo es!
Cada persona que sonríe o que sufre un poquito menos porque nosotros nos acercamos y le extendimos la mano y le regalamos una sonrisa y ellos nos regalan una sonrisa a nosotros, eso es sentir a nuestros hijos vivos.
Y ¡qué alegría! porque, entonces, sabemos que estamos haciendo algo perdurable por ellos!
Muchos papás van a ir entendiendo que el dolor se convierte en una dulce nostalgia, nostalgia en el sentido que los extrañamos, pero con inmensa dulzura, así es que podemos rescatar el recuerdo de nuestros hijos con amor y no con dolor.
A veces, solemos decir cosas que, por el momento, por ahí no se entienden, pues son muy fuertes para los papás con el dolor muy reciente, o para los papás que están muy rebeldes y no comprenden algunos conceptos que se vierten, pero siempre les decimos que provienen de otros papas; nosotros también perdimos a nuestro hijo, perdimos a nuestro Nicolás, y lloramos, lloramos desconsoladamente y también nos preguntamos ¿qué sentido había detrás de todo este dolor?, es por eso que podemos decirles cosas que, por el momento, les pueda chocar, pero que les aseguramos, las van a comprender.
Les podemos decir, a los papás que piensan que el dolor dura para siempre, que no es así, y lo hemos dicho muchas veces y lo volvemos a sostener, EL DOLOR NO ES PARA SIEMPRE.
El dolor comienza a suavizarse y aunque esa herida deje de sangrar, aunque ese dolor se vaya suavizando, aunque aprendemos a vivir con ella, aunque nos reintegremos a una vida plena, esa herida va estar allí y nos recuerda siempre que es un esfuerzo de todos los días.
Si lo que nosotros elegimos para la vida es una actitud y esa actitud es una actitud de amor, les podemos asegurar que nunca nos vamos a equivocar; el amor es lo que salva, el amor es lo que nos acerca a la verdad, a la luz.
Nuestro deseo es que en estas festividades vuestros corazones se inunden de esa dulce nostalgia.”
Alicia Schneider Berti – Gustavo Berti
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A pesar de todo... Sí a la Vida
Te ofrecemos un ámbito cálido y confiable para abrir el corazón,
donde la sinceridad se convierte en actitud esencial.
Un espacio dónde con esfuerzo y paciencia podremos llegar a la aceptación, a reconstruír el vínculo con ese hijo que hoy se constituye como presencia distinta.
Con la esperanza de lograr una vida digna.
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Un espacio dónde con esfuerzo y paciencia podremos llegar a la aceptación, a reconstruír el vínculo con ese hijo que hoy se constituye como presencia distinta.
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