A pesar de todo... Sí a la Vida

A pesar de todo... Sí a la Vida
Te ofrecemos un ámbito cálido y confiable para abrir el corazón,

donde la sinceridad se convierte en actitud esencial.

Un espacio dónde con esfuerzo y paciencia podremos llegar a la aceptación, a reconstruír el vínculo con ese hijo que hoy se constituye como presencia distinta.

Con la esperanza de lograr una vida digna.



miércoles, 24 de noviembre de 2010

COMPARTIR EL AMOR, NO EL DOLOR

A Renacer no vamos a compartir el dolor, vamos a compartir el amor. El dolor lo compartimos con el vecino, con el tío, con todo el que viene y me dice: ¿cómo pasó?, ¿cómo fue?, Renacer debe ser un oasis de paz, yo tengo que encontrar paz en Renacer, tengo que encontrar el abrazo fraterno y tengo que encontrar el amor compartido y a partir de ese amor crecer. Si hubiéramos nosotros basado nuestro mensaje en el dolor compartido, les aseguro que Renacer no pasaba de los primeros seis meses de vida.
El amor compartido, es amor potenciado, entonces, trabajemos siempre con lo más noble del ser humano y nunca nos vamos a equivocar, si trabajáramos con lo más bajo, con lo más triste del ser humano, nunca vamos a salir adelante.
Todos tenemos nuestro aspecto fuerte, nuestro aspecto sano que es la dimensión espiritual donde mora nuestra conciencia, desde el vamos y en medio del dolor, podemos dar el salto de fe en base al amor.
Ustedes pongan a una persona que trabaja con las culpas, con la bronca, con la autocompasión y pongan al lado una persona que trabaja con el amor, y vean los rostros, el rostro es el espejo del alma, es la cara del espíritu, abran los ojos y miren.
Nosotros decimos vamos a dar amor, en homenaje a nuestros hijos; esa es la tarea nuestra, siempre estar ahí para ayudar a otro papá que venga, así tengamos que empezar una y mil veces.
Esa es la tarea, ese es el mensaje de Renacer.
(Del mensaje de Renacer: En Encuentro en Montevideo febrero 2001)

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