A pesar de todo... Sí a la Vida

A pesar de todo... Sí a la Vida
Te ofrecemos un ámbito cálido y confiable para abrir el corazón,

donde la sinceridad se convierte en actitud esencial.

Un espacio dónde con esfuerzo y paciencia podremos llegar a la aceptación, a reconstruír el vínculo con ese hijo que hoy se constituye como presencia distinta.

Con la esperanza de lograr una vida digna.



miércoles, 4 de agosto de 2010

CUANDO TU HIJO HA DECIDIDO PARTIR

APOYO PARA SOBREVIVIR CUANDO TU HIJO SE HA SUICIDADO


Una institución norteamericana que apoya en un programa nacional a padres que han perdido a sus hijos ha

elaborado una breve guía para ser utilizada como documento de trabajo en los grupos de autoayuda en los

casos de padres cuyos hijos se hayan quitado la vida.. Hemos tomado esa guía y, con algunas adaptaciones

de lenguaje y de concepto y comentarios adicionales la presentamos al grupo como documento de trabajo.

(Daniel y Gabriela Vítolo )

1.- QUE DEBERÍAS SABER RESPECTO DEL SUICIDIO
* El acto definitivo por el cual una persona se quita la propia vida nunca puede ser comple-tamente predictible para ninguna persona , hasta que sucede.
* Algunas personas pueden exteriorizar ciertos signos, comportamientos, o ideas que consti-tuyen advertencias reveladoras respecto a sus intenciones. Sin embargo, dichos signos pue-den se tan imprecisos o codificados , que inclusive para un consultor con experiencia, o un profesional entrenado, pueden pasar inadvertidos.
* La mayoría de los suicidios son reacciones frente a intensos sentimientos de soledad, crisis existencial o económica, desesperación, angustia, temor, la perspectiva de un futuro incierto y aciago, y depresión. Puede parecer-muchas veces-que la causa o el motivo determinante es una situación no grave, o un incidente menor. Pero la causa verdadera es el conflicto interno, y la desesperación, que en la generalidad de los casos es insondable.
* Muchos padres han tenido la experiencia- en algunos casos- de la frustración creada por años de internaciones y hospitalizaciones, tratamientos médicos y asunción de responsabi-lidades. Esta realidad puede verse agravada por las dificultades propias de vivir con una persona que está constantemente bajo procesos de depresión.
* El suicidio de personas jóvenes (entre 15 y 24 años) ha crecido más de un 300% desde 1950.
* En los Estados Unidos solamente, se producen cerca de 35.000 suicidios por año, de los cuales 5,000 corresponden a jóvenes entre 15 y 24 años. Igualmente se registran anualmente más de 250.000 intentos de suicidio.
* También en Argentina ha crecido notablemente el índice de suicidios, y el que involucra a personas jóvenes. Hace 25años de cada 10 suicidas, uno tenía menos de 18 años. En 1993 de cada cuatro suicidios uno es protagonizado por un menor de 18 años.
2.- DESPUÉS DEL SUICIDIO
* La negación de la realidad, y sentimientos de shock, culpabilidad, rebelón, injusticia, ofensa y depresión son parte de una conducta normal, como reacción frente al dolor que produce la muerte de un hijo. Conocer que tu amor por él no fue suficiente para salvar su vida, puede presentarte sentimientos de impotencia o de fracaso. Sin embargo ad-vierte que, como padre, tu le diste a tu hijo su humanidad con todo lo que ello implica- elementos positivos y negativos- y lo que él hizo con esos elementos fue, en principio, su propia decisión,
* Interpretaciones culturales y religiosas del pasado, y las calificaciones y connotaciones sociales que se otorgan a tales interpretaciones son parte del “estigma” asociado al sui-cidio. Es importante que enfrentes la palabra suicidio. Enfrentarla te parece hoy más difícil de lo que realmente debería ser. No te angusties; ello llevará tiempo. Mientras tanto, en lugar de concentrarte en todo aquello que rodea al “estigma” del “suicidio”, concéntrate en tu propia curación y supervivencia.
* Es fácil y hasta natural que te inclines a sentirte responsable de la decisión de tu hijo, o que responsabilices a tu cónyuge, o a otras personas por ello; pero hacer esto suele ser contraproducente y no ayuda a nadie . Evita también caer en la tentación de esforzarte en buscar una explicación de porqué tu hijo se suicidó. Tampoco ayuda.
* El suicidio no es hereditario. Es una decisión individual, y una cuestión individual. Sin embargo recuerda que el suicidio de un miembro de la familia puede tener una profunda influencia en otros miembros de ella.
3.- CULPABILIDAD
* Sentimientos de culpabilidad te asaltarán frecuentemente, y saldrán a la superficie siste- máticamente. Te encontrarás más seguido de lo que imaginas repitiendo la frase: ”...si sólo hubiera...”. Es posible que necesites sentirte culpable por un tiempo, hasta que comprendas y adviertas que tu no eres responsable, así como tampoco culpable de la propia decisión de tu hijo. Algunas veces es absolutamente necesario profundizar un sentimiento para poder, definitivamente alejarte finalmente de él. Cree en ti mismo. Eres humano y , en consecuencia, admite tus limitaciones.
4.- RESENTIMIENTO
* Resentimiento o sentirte “dolido” o “herido “ respecto de tu hijo puede ser una parte natural del trauma, y hasta es frecuente expresar tus sentimientos más profundos de “...Cómo pudiste hacerme esto a mí y cómo pudiste hacerte esto a ti mismo...”. Intente encontrar maneras constructivas para expresar este sentimiento, dando lugar a que la cicatrización de tu herida y tu recuperación , finalmente, puedan tener lugar. Expresa tus sentimientos; permite que “saliendo” tu sentimiento se agote; llora si quieres y deja que la herida cierre.
5.- ¿POR QUÉ?
* Es natural que te preguntes por qué. Y para ti es casi una necesidad. No puedes evitar formular la pregunta, aún cuando conoces que –por lo general – no hay respuestas cla-ras. O que no las encontrarás. Es importante que aprendas a pelear con esa pregunta, y a lidiar con ella, para que finalmente puedas dejarla de lado..Continuar preguntándote “por qué” durante años, puede convertirse para ti en una “obsesión“ que resultará des-tructiva para ti y los que te rodean.
6.- DEPRESIÓN
* Falta de atención, incapacidad para concentrarte y sentimientos de que no tienes ya nada por que vivir pueden ser partes del proceso de duelo y tristeza. Una actividad física mo-derada puede ser un medio de combatir la depresión. Permite que tu familia y tus amigos te cuiden y te brinden cariño. Tu no tienes obligación de ser fuerte. Mantente siempre en estrecho contacto con las personas que aprecias y consideras.

7.- CUESTIONES ESPIRITUALES
* Frecuentemente, frente a la pérdida de un hijo, y especialmente en los casos de suicidio, los padres se ven sumidos en una profunda crisis de fe, y cuestionan sus creencias reli-giosas, o sus sentimientos respecto de Dios. El enfrentamiento de la existencia de vida después de la muerte, también es un conflicto que suele salir a la superficie. Interrogarse para determinar “Por qué Dios permitió que esto pasara” no tiene sentido, pues es una pregunta que no podemos, ni estamos en condiciones de responder: como tantas otras preguntas respecto de imperfecciones; en este mundo. Si crees en Dios , intenta rezar para llegar a sentir paz interior , en lugar de buscar respuestas. Del mismo modo, es importante, y puede ayudarte, que te contactes con otros padres que han perdido hijos por suicidio, e intercambies con ellos experiencias, sentimientos, y converses sobre los aspectos espirituales de sus propias experiencias,
* Para todo aquello que concierna a las cuestiones espirituales, si eres creyente, busca alguna persona cálida, amable y que no desee juzgarte –ni a ti ni a tu hijo – que sea sacerdote o ministro de tu fe, y ábrele tu corazón.
8.- EJERCICIOS DE SUPERVIVENCIA
* En familia, hablen entre Uds., acerca de la muerte del ser querido; dialoguen sobre su pérdida y su dolor. Recuerden juntos los tiempos buenos, y los no tan buenos, Todos los miembros de la familia sufren su dolor y desarrollan su proceso de duelo de una manera propia. Traten de entender esto. Es mejor expresar los sentimientos que internalizarlos. Llorar es saludable y terapéutico.
* Puede resultarte de ayuda escribir tus propios sentimientos o escribir una carta a tu hijo muerto, expresándole todas las cosas que no pudiste o no supiste decirle antes de su muerte. Para muchas personas , es una buena manera de decirles adiós
* Deja que los amigos te ayuden. Cuando ellos te preguntan que pueden hacer para ayudar-te, no te sientas afligido por decirles realmente cuáles son tus necesidades y como pueden ayudarte. Eso también los ayudará a ellos.
* Puede ser beneficioso llegar a participar en grupos de autoayuda. A través de un accionar común con otras personas que han transitado la misma senda de tu dolor, puedes ganar comprensión de tus reacciones y aprender caminos para superar tu dolor. Busca también ayuda profesional , si ésta resultara necesaria para ti o para tu familia.
* Date tiempo, tiempo... y más tiempo. Lleva meses, inclusive años, abrir tu corazón y tu mente para llegar a superar el dolor. ELIGE SOBREVIVIR; aunque hoy te parezca algo absurdo. Date tiempo a ti mismo, y podrás lograrlo.

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