A pesar de todo... Sí a la Vida

A pesar de todo... Sí a la Vida
Te ofrecemos un ámbito cálido y confiable para abrir el corazón,

donde la sinceridad se convierte en actitud esencial.

Un espacio dónde con esfuerzo y paciencia podremos llegar a la aceptación, a reconstruír el vínculo con ese hijo que hoy se constituye como presencia distinta.

Con la esperanza de lograr una vida digna.



jueves, 18 de marzo de 2010

"EL DÍA DESPUÉS"


Hoy vamos a hablar del día después, y ya todos sabemos a qué día particular nos estamos refiriendo, ya que desde ese día han cambiado nuestras vidas sumiéndolas en un dolor indescriptible con palabras. Solamente aquellos que viven esta experiencia tan trascendental saben a que tipo de dolor nos referimos, por lo tanto no es necesario ahondar en palabras sobre este tema pero sí sería interesante agregar que si bien este dolor, este sufrimiento, es tan intenso que destruye todos nuestros proyectos de vida, nuestros anhelos, tambalea todo nuestro entorno social y familiar, etc. Y nos sumerge en un estado permanente de depresión sin poder vislumbrar un horizonte, una esperanza, a tal punto que llegamos a pensar muy seriamente en la forma en que podríamos reencontrarnos con aquellos hijos que han partido. Todas estas emociones y sentimientos afloran en nuestra conciencia, que son totalmente natural en los primeros momentos del duelo, muchas veces nos llevan a pensar que podríamos estar perdiendo la razón, pero esto no es así, como dijera Paco Bretone “…perder un hijo no es una enfermedad…”lo cual no quiere decir que esto nos deje muy mal parados frente a la sociedad, y es quí donde tenemos que hacer hincapié si es el ámbito donde queremos desarrollar el día después. ¿Y por qué este título? Simplemente porque no tiene ningún significado útil para recuperarnos de tanto dolor. Tocar temas como”…si yo hubiera hecho esto o aquello, nada hubiera sucedido…” este tipo de hipótesis las hemos escuchado muchas veces en los grupos renacer, pero no cambian hechos, aquello que pasó ya pertenece al destino y más allá de la creencia o lo personal de cada uno, de la existencia de un destino premeditado, aquí nos referimos por destino a aquello que pasó y no podemos modificar. Y frente a esa realidad la pregunta que surge es “¿qué voy a hacer con esto que me sucedió?” como dice Gustavo Berti, una cosa nos sucede (la muerte de uno o más hijos) y otra muy distinta es aquello que yo puedo y/o debo hacer con aquello que me pasó. Como vemos aquí, en vez de ser las víctimas de un suceso trágico, nos pone ante la responsabilidad de elegir que actitud vamos a tomar de aquello que nos pasó. Esto es de suma importancia… reconocer nuestra capacidad de elección, ya que aunque no hagamos nada frente a esto, es una elección consciente o inconsciente. Como dice Víctor Frankl “el hombre puede perderlo todo, incluso su libertad, pero nunca, bajo ninguna cincunstancia, puede perder su capacidad de elegir que actitud adoptar frente a las circunstancias…” Frente a esta realidad tenemos que preguntarnos”…qué cosas podemos cambiar para recuperarnos de este dolor…?” Sabemos que es algo difícil pero no imposible, y para argumentar esto nos basta mirar en los grupos Renacer a gente que ha pasado por lo mismo y han logrado recuperarse emocionalmente, recuperarse en plenitud con un nuevo sentido de vida, gente que habla con una convicción de aquellas cosas que siente, que a veces pareciera increíble pero lo han logrado, han pasado por el mismísimo infierno que todos conocemos y hoy sienten la vida de otra manera, mucho más humana, mucho más espiritual… cosas difíciles de transmitir en palabras, pero no difíciles de detectar en la mirada, en el abrazo fraterno y la sensación de paz, de armonía que nos transmiten. Para lograr este estado de paz y armonía es necesario saber que contamos con todo el potencial de nuestro espíritu, ya que es de ahí de donde empezamos a sentir (que no es lo mismo que creer) ciertas certezas que antes nos parecían utopías, por eso es tan importante la comunidad de los grupos Renacer ya que estos no son grupos de creencia sino grupos de vivencias porque todo lo que allí se habla es lo que genera el corazón. Tratemos de ampliar nuestro horizontes con respecto a la muerte de nuestros hijos, ya que ellos NO vinieron a este mundo a arruinarnos la vida.


El día después es una continua lucha con uno mismo, para descubrir un nuevo horizonte que nos ayude a comprender el por qué de las cosas que nos suceden. Bregar con los miedos, la desesperación, la angustia, la inseguridad y ese vacío existencial que nos abruma. Toda nuestra vida, la que teníamos hasta ahora ya no nos sirve, tendremos que abrirnos paso de entre las ruinas, recoger nuestros pedazos y salir adelante. Muchos de nosotros descubrimos que no sólo somos seres físicos, que dentro del cuerpo que ocupamos hay un espíritu, mejor dicho somos un espíritu dentro de un cuerpo, un gran espíritu que nos incita a continuar de una manera nueva, descubrimos además que hay otra forma de vida en otro plano de existencia, una vida espiritual que nos ayuda a continuar de algún modo la conexión con nuestros hijos. Para ello debemos saber, y además sentir que lo que llamamos Muerte es sólo una parte más de la vida, que el aquí y el ahora es sólo una pequeña porción de nuestra existencia, que esta vida terrenal es sólo un tránsito, un pequeño paréntesis en la eternidad. Por alguna razón que hoy no podemos comprender, nuestros hijos se han adelantado. Dicen que la vida es una escuela en la que hemos venido a aprender. Seguramente la partida de nuestros hijos forman parte de nuestro aprendizaje, lamentablemente aprendemos del dolor y la dificultad. Si aceptamos los hechos con amor podremos trascender este dolor con sabiduría y habremos descubierto el camino hacia la superación, sin olvidar que al final de la tarea, los alumnos egresados nos esperan con los brazos abiertos, para que continuemos juntos el camino hacia la eternidad.

Preguntas que debemos hacernos los padres que perdimos hijos:¿Qué cosas tenemos que cambiar en nuestras vidas para recuperarnos de este dolor? ¿Tenemos que aprender a convivir con este dolor o podemos encontrarle un sentido y así trascenderlo? ¿Podemos adoptar una actitud positiva o simplemente somos víctimas de las circunstancias que nos paraliza?

Otras reflexiones: El duelo es aprender a amar de otra manera al que ha partido. ¿Qué puedo hacer? ¿encontrarme o relacionarme con mi hijo? Elijo relacionarme, no necesitamos su presencia física para amarlo. ¿Qué hacemos para seguir adelante? En primer lugar tomar como ejemplo la vida de nuestro hijo, en segundo lugar leer material específico (que encontramos en la biblioteca de nuestro grupo), la lectura nos hace sentir que no estamos sólos, asistir a charlas, reuniones, conferencias, porque no películas que puedan ayudarnos a ver la muerte como parte de la vida. Recurrir a todo lo que podamos e ir sacando algo aunque sea poquito de todo lo que escuchamos, vemos o leemos.

No estoy en Renacer por mérito propio, estoy porque tengo un hijo que ha partido. ¿es antinatural que un hijo muera antes que un padre? No es antinatural, es anticultural? ¿por qué? Porque en nuestra sociedad no se habla de la muerte.

¿Què es el duelo? Es la respuesta emocional importante a la pèrdida de un ser querido. El duelo lo llevaremos permanentemente lo cual no significa que el sufrimiento sea permanente. Podemos tirar una soga para ayudar a salir del pozo a alguien pero todo depende de si ese alguien se toma (se agarra) de esa soga, ahí puedo empezar a jalar de la soga.

El sentido de la vida no se encuentra, uno le da sentido a la vida, ningún hijo parte diciendo “no sean felices”, “no se rían”, “no sigan viviendo”

Los demás no tienen que entendernos a nosotros, nosotros tenemos que entender a los otros, porque nosotros estuvimos en las dos veredas.

La tarea de Renacer no es admirable, es “ejemplar” porque lo admirable es la barrera de lo que puedo o no hacer. Es ejemplar “si él pudo, yo puedo”. Ante las dificultades nos hacemos más fuertes. El dolor y el amor son dos caras de la misma moneda “duele porque amamos”. En Renacer no estamos unidos por el dolor, estamos unidos por el AMOR A NUESTROS HIJOS. Somos referentes sociales, la muerte de nuestros hijos nos hizo revalorizar la vida, siempre el que esta al lado mío es más importante que yo y debo pensar en él, aunque me este desangrando de dolor.

“Nuestros hijos no sólo están en nuestra memoria, viven en nosotros”

“EL VALOR DE LAS COSAS NO ESTA EN EL TIEMPO QUE DURAN SINO EN LA INTENSIDAD CON QUE SUCEDEN POR ESO EXISTEN MOMENTOS INOLVIDABLES, COSAS INEXPLICABLES Y PERSONAS INCOMPARABLES”

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