A pesar de todo... Sí a la Vida

A pesar de todo... Sí a la Vida
Te ofrecemos un ámbito cálido y confiable para abrir el corazón,

donde la sinceridad se convierte en actitud esencial.

Un espacio dónde con esfuerzo y paciencia podremos llegar a la aceptación, a reconstruír el vínculo con ese hijo que hoy se constituye como presencia distinta.

Con la esperanza de lograr una vida digna.



viernes, 19 de marzo de 2010

NOTA PUBLICADA EN EL DIARIO "EL LITORAL" (PAPÁS DEL GRUPO DE LA CIUDAD DE ESPERANZA) publicada el 28 de abril de 2009

Grupo Renacer redescubre el sentido de la vida en Esperanza

“Sí a la vida a pesar de todo” es el lema que convoca a los miembros de Renacer a sus reuniones bimensuales. A pesar del dolor, el esfuerzo y el empuje mutuo los une en una gran familia, permitiéndoles compartir y fortalecerse en las pequeñas grandes alegrías.

Corresponsalía Esperanza

En esta ciudad, Renacer nació el 8 de abril de 2006. En la actualidad, se reúnen los segundos y cuartos sábados de cada mes en la Escuela Centenario de la Colonización, a las 17.30. En diálogo con El Litoral, integrantes del grupo comentaron que transitan estos primeros tres años de vida “con muchas expectativas de ver cómo seguir avanzando, tratando de armar una biblioteca y con algunos proyectos que nos resultan interesantes de emprender”. En tal sentido, manifestaron que “lamentablemente, llegan al grupo nuevos papás, con nuevos casos de hijos que parten antes que ellos. A partir de ese acontecimiento tan doloroso y tan triste, surge esa necesidad de armar el grupo. Cualquier persona que está pasando por un duelo profundo puede acercarse”. Al referirse a la participación en este grupo, María Rosa dijo: “Me siento muy bien, muy acompañada. Ante una pérdida tan irreparable como es la partida de un hijo, te puede contener el entorno familiar, pero no te podés expresar como lo hacés en el grupo, donde puede haber tanto llanto como alegría y todo se comparte. Sin el grupo no hubiese salido adelante. Creo que la enseñanza “Renacer’ no es sólo para el dolor, sino para todo ámbito de la vida porque nos deja cosas positivas. Precisamente, de a poco aprendimos a renacer de otra manera”, opinó la mujer. Para Hortensia, asistir a este grupo “es un compromiso que asumimos. Uno espera ese sábado, ese encuentro y ese abrazo así como también brindamos nuestro abrazo al papá que llega por primera vez”. Además, “siempre se aprende algo. Si no es para ese momento, seguramente lo será para otros días porque, a pesar del tiempo pasado, tenemos nuestros bajones anímicos”.

Para Juan Carlos, “el paso del tiempo ayuda. Durante todos estos años fuimos aprendiendo cosas que no sabíamos, las aplicamos y ahora tratamos de compartirlas con otras personas para ayudarlas también a sobrellevar esta angustia tan particular”.

El encuentro esperado

Por su parte, Mari espera cada encuentro del grupo. “Lo espero para reencontrarme con mis hermanos en el dolor, en todo lo que estamos pasando. La partida de un hijo no se compara con nada. En mi caso, perdí dos hijos y es muy duro. Por eso, espero ese sábado para que me den ese empujón y ese abrazo que necesito, esa ayuda y fuerza para seguir en la semana”. Mirta hace dos años que perdió a su hija. “El grupo me ha servido muchísimo, tanto a mí como a mi esposo, para aprender a vivir de esta nueva manera, sin ella y pudiendo disfrutar de mis otros hijos que tanto amor me dan y son tan importantes en mi vida. A pesar de todo lo doloroso, he aprendido a vivir de esta manera y disfrutar de todo, desde lo más pequeño y sencillo. Muchas veces te resentís con la vida, te preguntás por qué a mí, a nosotros. Entonces, el estar en contacto con otros papás que han pasado por la misma situación y dan lecciones de vida continuamente, haciendo un esfuerzo para levantarse para vos, es un ejemplo que te da mucha fuerza. Es minuto a minuto. Se forma una verdadera familia, compartiendo plenamente los dolores y las alegrías que se viven de una manera increíble. Todo progreso o avance que hace el compañero es una alegría y una esperanza para el resto del grupo”, mencionó. Finalmente, tomando las palabras de Alicia Berti, quien junto a su esposo Gustavo crearon Renacer, Silvia sostuvo que “en los primeros momentos es todo dolor y nos sentimos vacíos. Entonces, lo importante es ir de a poquito dando amor. Y cuando el amor cubre todo nuestro corazón, ya no hay más dolor. El dolor en algún momento pasa, queda una dulce nostalgia, que tal vez nosotros no alcanzamos a sentir porque todavía nos falta recorrer camino. La enseñanza que nos deja el dolor es una de las más caras, en todo el sentido de la palabra”, concluyó.

En la foto, papás del Grupo de Esperanza

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